2010. február 18., csütörtök

Un mundo mágico (primer acercamiento a Rayuela) capítulo 2.


Podemos decir sin ningún exageración que Rayuela es un punto de partida de la literatura de la segunda mitad del siglo XX. ¿Pero por qué es tan importante? En una carta escrita por el amigo de Cortázar leemos: “¿De modo que se puede escribir así por uno de nosotros?”
La respuesta por Cortázar: “Créeme, no tiene ninguna importancia que haya sido yo el que escribiera así, quizá por primera vez. Lo único que importa es que estemos llegando a un tiempo americano en el que se pueda empezar a escribir así (o de otro modo, pero así, es decir con todo lo que tú connotas al subrayar la palabra).”
Menciona un dato también, la novela de Miguel Angel Asturias y la suya aparecieron en la lista de best-seller argentino, cuya importancia muestra un cambio: ya no sólo leen obras y traducciones europeas y norteamericanas sino empiezan a valorar a sus compatriotas. Mientras 20 an͂os antes de la edición de Rayuela, del libro de Borges vendieron 500 ejemplares, este número aumentó a 5000 en el caso de Cortázar. Un crítico mexicano escribió que “Rayuela era la declaración de independencia de la novela latinoamericana” .
Mencionan junto con el Ulisses de James Joyce, técnicas de construcción de novela muy parecidas, sin uno no se puede leer el otro y muestran un nuevo modo de lectura para el mundo. Los dos tratan de plantear las grandes preguntas existenciales de la Humanidad. No se trata de explicar el mundo, sino de hacer patente la necesidad que de encontrar la imposible explicación que tienen los hombres.

Siendo miembro del taller espan͂ol de Eötvös Collegium durante el primer semester acudí a diferentes charlas para conocer mejor la traducción de obras contemporáneas de la literatura espan͂ola e hispanoamericana. Gracias a una de ellas conocí profundamente la parte lingual de Rayuela.
Como todos los traductores Benyhe János también tuvo una tarea difícil. Traducir a una lengua totalmente diferente, crear el mismo estilo del autor, hacer sentir la dificultad y complejidad de su lengua e inventar juegos de palabras en húngaro se traduce en largas horas para los mejores también. Lo que dificultó la situación era la lengua argentina, las expresiones latinoamericanas y la literatura cortazariana que gozaba de creatividad, mezcla de lenguas (reales e inventadas), letras de tango o jazz por destacar sólo algunos.
El título de la novela Rayuela ya resulta un rompecabezas, conlleva un tipo de dialecto argentino y como en húngaro no tenemos tantas diferencias lo único que pudo inventar el traductor fue usar los dialectos de las regiones y pueblos húngaros. Así nació la versión húngara “sántaiskola”, de la región de Alsó-Tisza, Hódmezővásárhely (sinceramente para mí, la primera vez no dijo nada la palabra “sántaiskola”, en mi infancia lo llamamos “icka”) que en cambio del título de la antigua edición “ugróiskola” destaca mejor el hecho de tropezar, parar, avanzar dificultosamente.
Otro fenómeno cortazarino es la lengua gíglica, en húngaro glu-glu que usa La Maga y sólo Oliveira tiene el honor de conocerlo. El capítulo 68 es una obra maestra: “Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes...” “Fönnakadt a nőbena páralég, alighog bözgetni kezdte a pickéjét a férfi, elkapta őket valami sodradat, valami vad tapaszkodás, fölcsigázott hakkanat...”
Describe el acto de amor de una manera tan misteriosa, tan íntima que el lector siente formar parte de este mundo artificial. La tarea del lector (no en vano aparece este capítulo entre los prescindibles) es averiguar el significado de las palabras claves y entender el juego cortazarino.
La burla al diccionario en el juego del Cementerio entre Horacio y Talita o el uso de las haches funcionan como ejercicios creativos para la mente del traductor.
Lo que requirió mucho esfuerzo, exactitud y sabiduría fue la composición y la estructura de las frases. Estilo muy característico de Cortázar. frases que parecen ser infinitas, llenas de juegos de palabras, expresiones de la lengua bohemia, textos de canciones y trozos en francés e inglés. Traducirlas y someterlas a la estructura húngara es lo que causó el mayor problema. No se pueden cortar en pequen͂os sintagmas porque así se perdería su esencia. Para conseguirlo Benyhe János utilizó un método que todos aprendemos (no sólo para traducir bien sino para hablar bien en húngaro también ) fue colocar la parte tónica antes del verbo.

Después de conocer la versión espan͂ola y húngara también rindo homenaje al el profesor Benyhe porque con su ayuda resultó tan divertida y amena esta novela que ahora me prometí a mí misma volver a leerla varias veces de diferentes maneras. Yo creo que con esto llega a su apogeo mi tarea también como lectora activa que puedo practicar hasta que quiera porque me anima la cita de Cortázar: “mi libro se puede leer como a uno le dé la gana”.

Un mundo mágico (primer acercamiento a Rayuela) capítulo1.


Hace tres an͂os, cuando tuve por primera vez Rayuela en mis manos y empezé a leerlo no entendí qué quería decir ni mostrarme. Tras haber “sufrido” durante 70 páginas devolví el libro a la biblioteca y me prometí a mí misma volver a encontrarme con él alguna otra vez en mi vida.
Han pasado 3 an͂os y en noviembre en el grupo espan͂ol tuve una charla con el traductor de la novela, Benyhe János. Cuando uno sabe que va a acudir a una charla se prepara. Busca información tanto sobre el autor y la novela como sobre el traductor.
A todos los que conocen el espan͂ol y un poco su cultura también les tiene que sonar el nombre de Julio Cortázar, el argentino al que mencionamos hablando del boom de la literatura hispanoamericana, listado que engrosan nombres como los de Borges, Cortázar, Marquez, Llosa, Fuentes. Nació en 1914 en Bruselas en el seno de una familia argentina, viajó mucho a lo largo de su vida, conoció otras culturas mientras se convertía en una de las figuras más importantes de la suya. Dos an͂os después de su muerte, en 1984 editaron una colección especial llamada Biblioteca Cortázar.
Benyhe János que además de haber sido profesor del departamento espan͂ol en la Universidad Eötvös Lóránd fue uno de los últimos alumnos (antes de volver a funcionarse) del Eötvös Collegium (residencia de la cual yo también soy alumna). Traductor de diferentes novelas en diferentes lenguas y miembro de la generación de los grandes profesores del siglo XX.
Francamente admito que para la charla no leí el libro, no sentí la conexión que siempre he necesitado para descubrir el mundo de una nueva novela. Charlando con el profesor Benyhe y escuchando sus experiencias con la novela se despertó mi interés y sentí que había llegado el tiempo que me había prometido.
Unos días después me entregé al placer de leer y viajar a otro mundo. A un mundo que fue creado hace cinco décadas, pero sigue gozando del mismo prestigio. Ya en la primera página se entera el lector de que acirica un libro misterioso y complejo. Se encuentra ante el Tablero de Dirección, en que el autor nos ofrece la posibilidad de elegir el modo de lectura. Avanzar siguiendo el orden de los números empezando en el 1 y terminando en el 56 y los tres asteriscos o seguir una ruta de descubrimiento y usar el orden dado por el autor. Haciendo un esfuerzo invencible opté por la segunda ya que no llevaba el sello de ser un lector hembra, termino creado por Cortázar. ¿Pero qué quiere decir este lector hembra? No piense nadie en discriminar a las mujeres o despreciar su capacidad o inteligencia. Hubiera podido llamarlo lector pasivo también. Un lector que sólo “se limita a leer y disfrutar la historia, dejándose llevar por el narrador”. Rayuela necesita un lector activo, alguien que no tenga miedo a participar siendo así coautor también. Es un juego cuyas reglas no estoy segura de que estén marcadas definitivamente. “Uno entra en el juego y arriesga la vida en él” . Pero no sólo existen estos dos tipos, dicen que es un libro que son muchos libros y cada vez que lo leamos, aprendemos algo nuevo.

Los primeros 56 capítulos narran la historia de Horacio, un argentino de 40 an͂os que se traslada a París. En el “lado de allá” paseamos por las calles de la capital francesa, entramos en pequen͂os bares y pisos oscuros escuchando las conversaciones infinitas del grupo cuyos miembros son unas “caricaturas de unos intelectuales que vagan por el mundo de la palabra, la lógica, la abstracción y la imagen” . Nos hacen pensar en las figuras bohemias que beben con͂ac o aguardiente, fuman innumerables Gauloise, escuchan música en vinilo y comparten su conocimiento y discuten durante horas y horas sin llegar a acuerdo alguno.
El “lado de acá” nos dirige a Buenos Aires, a tierra latino-americana, donde la única diferencia es la compan͂ía de Oliveira, pero las conversaciones y los juegos son los mismos.
Los otros capítulos forman parte del conjunto de los prescindibles que a pesar de su nombre tienen mucha importancia, para los que quieren ser lectores activos y encontrar lo llamado maravilloso. Lo maravillo en lo cotidiano es lo que más le interesaba y preocupaba a Cortázar. Lo maravillo es lo que busca Oliveira también durante la novela. Su visión también es como la maravillosa de la realidad.
El hecho de buscar es el argumento más importante de la historia. (Y adimitimos que todos estámos buscando algo en la vida.) El grupo bohemio se reune todas las noches y tras las conversaciones intenta encontrarlo. Encontrar algo que no pueden determinar, ni siquiera saben si existe lo que buscan o si lo van a descubrir. Oliveira sabe lo que está buscando, (pero en la novela nunca está escrito, nunca aparece explícito) cómo ser sabio. Hay dos maneras de serlo: desde la inocencia absoluta o desde la sabiduría total. La inocencia total que determina a La Maga (amor de Horacio, una mujer que no tiene miedo de preguntar si no entiende algo de lo abstracto e intelectual de las conversaciones, una mujer que deja de ser dirigida por sus intiuciones y caprichos) y la sabiduría total que “captura en obsesión” a Oliveira. Esto sigue en Buenos Aires también con Traveler y su pareja Talita, pero el posible final vuelve al principio y la busqueda sigue abierta. Lo único que queda claro es el mensaje de la novela: hay que seguir buscando porque sólo así podemos estar seguros de que estamos vivos.
Después de haber hablado de los personajes más importantes debemos mencionar uno más, el viejo escritor, Morelli que aparece de forma misteriosa en la novela. Primero encontramos textos escritos por él en el tercer grupo (capítulos prescindibles) donde se refleja al propio Cortázar y explica toda su teoría sobre la novela y su arquitectura también.

Esas, pues, son las fundamentales, capitales y filosóficas razones que me indujeren a edificar la obra sobre la base de partes sueltas –conceptuando la obra como una partícula de la obra– y tratando al hombre como una fusión de partes de cuerpo y partes de alma mientras a la Humanidad entera la trato como a un mezclado de partes.

Luego la figura se corporiza, un día paseando Oliveira ve un accidente, un coche atropella a un sen͂or viejo al que llevan al hospital. Lo sucedido no deja tranquilo a Horacio y junto con su amigo visita al sen͂or. Se descubre que el viejo es el famoso Morelli que está en París de incógnito y está muy agradecido de tener esta compan͂ía. Les encarga llevar a casa su manuscrito y ponerlo en orden. Así nuestros personajes se encuentran con su “mentor” mencionado y estudiado y se reunen en su piso para una charla. Cosa paradójica que en este auge intelectual Horacio se da de baja y el Club Serpiente se disuelve.
Morelli tiene importancia durante toda la novela, con sus textos crea un entorno científico-literario, pero el lector se siente aliviado al encontrarse con un tono tan familiar y amistoso.
El símbolo de la rayuela, juego de todos los nin͂os nos acompan͂a a lo largo del libro. Viendo ya la tapa del libro (tanto la edición original como la húngara) sentimos el viento precursor de un truco, de algo misterioso, pero nada infantil. Las casillas de 1 a 8 de la rayuela que termina en el cielo, símbolo del lugar donde encontramos lo maravilloso. El juego que aparece físicamente en el manicomio y el cielo adonde no sabemos si llega Oliveira o no.

2009. december 26., szombat

Porque la vida no sólo se trata de trabajar (o bien “Mediterrán estike”)


Al mencionar una residencia especial todo el mundo piensa en pequenos genios que no paran de estudiar, no salen de su habitación y si por alguna razón los hacen pues están en la biblioteca o en el laboratorio haciendo experimentos.
Queridos amigos, tengo que desenganaros.
Todos los jueves, como un método de relajarse o hacer pausa para la mente nos bajamos cientos de escaleras hasta el sótano donde se encuentra una sala, un bar, una taverna (llamadlo como queráis). Por las noches de los jueves todo el mundo tiene la posibilidad de conocerse mejor y a pesar de intercambiar conocimientos divertirse también. Fiesta de la música de los anos 60, de las mejores cervezas y con diferentes bandas... etc.
Una razón para organizar la fiesta mediterranea fue esta “jornada”. Otra razón por la que pensamos en ella fue nuestra presentación. Presentar el taller espanol que va cumpliendo su primer semestre. Nos resultó muy importante hacer consciente para todos nuestros companeros que viven en la residencia de la existencia de este taller. Charlando en la cocina o en el pasillo para muchos no estaba claro en qué consistía nuestro trabajo, así que decidimos unir “lo agradable con lo útil”.
Lo primero que a Edina y a mí se nos ocurrió fue hacer algo extrano, algo que “no estaba en el mapa”. Queríamos una fiesta que no sólo se tratara de beber y bailar sino algo que diera un poco de conocimiento de la cultura espanola también.
¿Cómo hacerlo? Cocinando. ¿Y cuál es la comida la que se puede preparar en poco tiempo? La tortilla por supuesto. Además unas cremas de atún, postres y para beber la famosa sangría.
Un poco de decoración (la bandera roja-amarilla-roja y carteles), música latina y ya podría empezar la fiesta.
Hasta esperar que todos llegaran “conquistamos” la mesa de futbolín y el juego a veces se transformó en verdadera lucha (temiendo un poco de suspender en el primer examen jugando contra mis profes).
Cuando ya todos bajaron después de haber terminado las últimas clases también (naturalmente para ellos ya no se quedó nada de la comida) les agrupamos en grupos de 4 personas para jugar un poco entrenando sus mente. Averiguar lo que saben de Espana a través de un quiz. Reconocer fotos, imagenes, edificios importantes, personas famosas y adivinar algunas adivinanzas.
Sé que por la noche después de un día largo y lleno de clases la gente ya no piensa en estudiar más, pero (lo digo sinceramente y sin exageración alguna) al final todo resultó super divertido. De postre los ganadores recibieron sus premios merecidos también.
Al terminar el juego vino el divertimiento esperado que duró hasta las tantas dependiendo de cada uno.
¿Y que nosotras como organizadores hasta cuando bailamos, charlamos y nos divertimos?
Pues sea suficiente que ya vimos los primeros rayos del Sol.
¿Y si será segunda ocasión? Naturalmente. Con mucho baile (flamenco), mucha música y mucho divertimiento. Ya la esperáis tanto como yo, ¿a que sí?

2009. december 22., kedd

Las guerras como las vió él


Las guerras como las vió él

Una cámara y la capacidad de ver las cosas desde un punto de vista propio (tanto en el sentido físico, de encontrar la mejor postura; como en el sentimental, tener las agallas y documentar los acontecimientos de forma perfecta captando instantes tan efímeros como la expresión momentánea de un rostro), fueron las únicas cosas, con las que Robert Capa contó para mostrar a todo el mundo lo que pasó durante las guerras.
Cinco guerras (la Guerra Civil española, la invasión japonesa en tierra china, la Segunda Guerra Mundial, el conflicto árabe-israeli y la guerra en Indochina), un auténtico arsenal de fotografías y una vida muy variada caracterizan a este fotógrafo.

Friedmann Endre nació en 1913 en Budapest en el seno de una familia de sastres. Durante sus estudios del instituto salió a Berlin y empezó a hacer fotografías y trabajar como fotógrafo en un agencia fotográfica. Su origen determinó su situación y estancia en Alemania, y por el peligro y la persecución que en los años 30 asediaron a los judíos decidió regresar. Pero en aquel entonces tampoco se quedó mucho tiempo en Hungría y abandonó el país para siempre. En un nuevo entorno, en París donde la vida cultural estaba en plena efervescencia encontró su “casa”. Los personajes que destacaron en su nueva época fueron Henri Cartier-Bresson, David “ Chim” Symin y sobre todo Gerta Pohorylle (Gerda Taro). Cartier-Bresson y Chim, los compañeros y amigos con quienes fundó el Centro Internacional de Fotografía (International Center of Photography). Así conoció a Gerda Taro, una joven polaca nacida en Alemania que había huido a París por razones similares y trabajó para la agencia también. Les unió la fotografía y el enorme y profundo amor que sentían el uno por el otro.
Empezar a hacer fotos no resultó muy difícil para Capa, venderlas ya era otra historia. Para conseguir más dinero sabía que necesitaba un nombre vibrante y llamativo. De la palabra húngara “cápa” (tiburón) y por la admiración que sentía por el famoso director de cine americano Frank Capra inventó el seudónimo Robert Capa. Unos años después, al estallar la Guerra Civil española decidió viajar con Gerda y trabajar en el centro del campo de la guerra que resultó el primer paso en cuanto a las informaciones del frente. Allí hizo su foto más famosa, la muerte del miliciano. Una foto que causó mucha polémica, muchos críticos dudaron de la espontaneidad de la postura y que fuera Capa quién la sacó. Los negativos están en mano de su hermano que hoy en día guarda y cuida la herencia y la leyenda nunca será resuelta. Otra foto muy famosa es el ataque aéreo de Bilbao, una madre, paseando por las calles cogiendo la mano de su hija de unos 5 años, mirando hacia el cielo y avivando el paso.
El acontecimiento más radical y triste para Capa fue la muerte de Gerda. Según las noticias fue un accidente pero muchos lo consideran como un atentado. Después de la perdida de su novia Capa nunca llegó a tener una relación tan estrecha con una mujer.
La segunda misión tuvo lugar en Europa, el paso más importante fue el desembarco de Normandia (llamado día D) el 6 de junio de 1944. Capa salió con los primeros soldados en plena madrugada, pasó 90 minutos en el agua glacial e intentó sacar el máximo número de fotos posibles, hecho que le resultó muy difícil con las manos temblorosas y las balas rodeándole. Al llegar a tierra firme mandó los negativos al periódico Life, pero durante el revelado su asistente tuvo mucha curiosidad y no esperó suficiente tiempo, arruinando así la mayoría de las fotos. Las únicas que salieron servibles fueron tan sólo unas pocas. Las conocemos por la famosa película americana “Salvar al soldado Ryan”. El director Steven Spielberg consiguió reconstruir la ambientación gracias a las obras maestras de Capa.

Al terminar la guerra Capa decidió terminar el trabajo en el “campo de batalla” y dedicó su tiempo a su agencia, cooperó con algunos directores de cine americanos pero nunca se sintió satisfecho. En 1954, como última entrada en acción salió a Indochina a documentar la intervención francesa. Un día, mientras exploraba en un campo de minas, pisó una y resultó herido de muerte.

Robert Capa fue un innovador en cuanto a la fotografía no sólo militar sino diaria. Sus fotografías son realistas, muestran que Capa vivió en la historia, no temió actuar, participar por conseguir lo que quería, se sintió cercano a las figuras fotografiadas (figuras que representan diferentes destinos), por eso son tan perfectas y cuentan de forma auténtica y sinceralos hechos históricos. A través de su obra podemos conocer una persona llena de energía y ganas de vivir y trabajar.

Al Museo Ludwig llegaron 985 fotos que muestran los frentes de guerra, amigos y personajes famosos. La exposición rinde homenaje a un fotógrafo (podríamos estar muy orgullosos de tener un conpatriota tan impresionante, aunque Capa no se consideró muy húngaro y nunca regresó a vivir a Hungría) que adelantó su época y sirvió como un modelo para su posterioridad. Recomiendo fervientemente un acercamiento a su obra, no sólo a los que están interesados en la fotografía sino a todos que tienen un poco de afinidad con la belleza, el misterio y la genialidad cultural y personal.

2009. november 29., vasárnap

El “romance literario” de Dobos Éva y Juan Marsé (Notas sobre el encuentro y la conversación con la traductora húngara Éva Dobos, el 8 de octubre de


El siguiente artículo narra la historia de una traductora húngara y un escritor catalán. Dos personajes que no se parecen en nada en absoluto, viven una vida totalmente diferente a miles de kilómetros de distancia y si mal no recuerdo jamás se han encontrado. La única cosa que les une es la literatura. Tres libros escritos por Juan Marsé y unas décadas después traducidos al húngaro gracias a Dobos Éva.
Tres libros que nos hacen conocer Barcelona, la época de Franco, la vida de los inmigrantes que dejaron su tierra natal y llegaron a la capital catalana en busca de mejores condiciones y suerte.
La vida de Juan Marsé está llena de misterios y giros. Quedó huérfano de madre, su padre trabajó como taxista. Una noche, llevando a una pareja que quería mucho tener hijos les confió a que educasen a Juan, así el nino recibió el apellido Marsé y se crió en nueva familia. Décadas más tarde, el escritor Juan Marsé jugaría en sus novelas con sus nombres.
En el ano 1966 tras haber escrito varios cuentos y novelas se hizo famoso con la novela Últimas tardes con Teresa, novela que de las tres fue la última en haber sido traducida al húngaro.
La novela ha sido recompuesta varias veces y existen diferentes ediciones.
Narra la historia de un inmigrante andaluz, llamado Manolo o como le llaman Pijoaparte (ejemplo perfecto para mostrar la imaginación, creatividad del escritor en cuanto al juego con las palabras, lo que ya en el principio causa un pequeno problema para la traductora: palabra que dice mucho en espanol, pero resulta muy difícil adaptarla al húngaro, por eso aparece la única nota a pie de página, en la cual la traductora ofrece una amplia explicación), que intenta integrarse a la sociedad catalana. Para lograrlo seduce a Teresa, hija de una familia catalana muy rica, que lucha por unos derechos y encuentra una perfecta posibilidad en el andaluz para apoyarle. Es una relación interesante de ambos lados y puntos de vista con un fin emocionante y los diálogos perfectos, escenas y entornos muy detalladamente descritos, y todo ello nos hace visualizar una película de los anos 60.
La segunda novela (escrita en 1945) lleva el título de Rabos de lagartija. Se refiere al cruel juego de los ninos que les corta el rabo a los lagartos con el fin de demostrar si se les vuelve a crecer o no. Los lagartos son unos símbolos de aquella época, cuando todos se sentían cortados, destroncados y sólo forcejearon como los lagartos bajo la dictadura de Franco.
Uno de estos chicos es David, el hermano del protagonista que es un feto, un feto que “observa” la vida desde la barriga de su madre y narra todo lo que pasa en la casa. Su padre anarquista se ha huido hace poco, un polícia viene a investigar y poco a poco se enamora de la madre. La novela se basa en las características de la miseria de la época mezclando amor, dolor y destinos.
Muy bien escrito en espanol, lleno de juegos de palabras cuya traducción requirió mucho esfuerzo por parte de la traductora. Como nos ha contado en la charla pasó horas y horas, a veces días con la búsqueda de la perfecta traducción y expresión húngara, un ejemplo perfecto es “palabartija” que mezcla la palabra, la lagartija y el paladar y de estos tres nació su pareja húngara “szófalógyík”.
La tercera y última novela traducida por Dobos Éva es Canciones de amor en Lolita’s club. Está compuesta por diferentes fragmentos y narra la historia de varias personas que sí que tienen algo que ver entre ellos. Raúl trabaja como policía pero muchas veces no queda claro si persigue a los delincuentes o él mismo es un delincuente. Junto a su nueva esposa, el padre de Raúl dirige el “club rojo” que está en una tierra lejana y abandonada. Allí vive su otro hijo, Valentín que es disminuido, tonto, pero al enamorarse de Miluna parece ser el único personaje vivo y sensible de toda la novela. El lenguaje es cruel, crudo y comprende varias palabrotas que amargan más y más nuestra reflexión y nuestra opinión sobre esta historia.
Como traductora Dobos Éva tuvo mucho trabajo con estas tres novelas. Están llenas de expresiones y palabras de los anos 40-60, aparecen mezclas de espanol y catalán que agravan la traducción. Fue necesario buscar fotos, descripciones, libros de aquella época para aclarar todo perfectamente, mientras que también tuvo que ser experimentada en el lenguaje húngaro. Dobos Éva resolvió este “problema” fantásticamente, la lectura de las novelas en húngaro provoca el mismo sentimiento que en espanol, y los que no conocen la versión original no tienen que preocuparse, porque la traducción les compensa.

2009. november 15., vasárnap

el taller espanol

Hola para todos,

La universidad Eötvös Lóránd Tudományegyetem tiene una residencia, escuela superior especial llamada Eötvös Collegium. En este departamento todas las asignaturas tienen un taller, así el nuestro también. Como es el primer año nuestro grupito tiene 5 miembros, 2 de estos 5 vivimos dentro y los otros (mejor dicho otras, porque todas somos chicas) sólo acuden a las clases. El plan del curso tiene 2 partes. Una recorre la historia española a través de exposiciones puestas en la ciudad y la otra se dedica a la traducción de obras españolas y latinoamericanas. El trabajo entre las clases es individual y luego nos reunimos e intercambiamos nuestro conocimiento.

Este blog (como está mencionado en el lema) documenta todos nuestros acontecimientos, hace conocer un poco mejor la cultura española y espero que despierte también las ganas de los demás de leer y aprender un poco.

Que lo disfrutéis!

Princesas de tierras lejanas (o no tan lejanas?)



Siguiendo el plan original de nuestro taller, en nuestra segunda visita nos dirigimos al Museo Nacional de Hungría para ver la exposición sobre princesas de tierras lejanas, comparación y semejanzas de princesas catalanas y húngaras.
Al pasar todos los días delante del museo el cartel me llamó cada vez más y más la atención y por las oscuras madrugadas el único alivio para mi mente fue viajar a estas tierras exóticas, pensar en cómo habría sido la vida de aquellas chicas que apenas eran mayores que yo. Las princesas que no tenían posibilidad de decidir con quién casarse, ni siquiera conocían a su marido al que sus padres les habían elegido con el fin de llevar a cabo su política matrimonial y la ampliación de su imperio.
Buscando información y preparándome para la exposición me di cuenta de la cantidad de “corchetes” que hay entre húngaros y catalanes, y –francamente– hasta ahora no lo sabía. Así que me acudí a la cita con mucho ánimo e interés.
Antes de ver exactamente la exposición una alumna de la Universidad nos habló sobre sus experiencias durante la construcción de esta exposición, en verano de 2009. Ella trabajó como traductora durante el montaje y nos explicó con muchos detalles qué actividades se realizaron entre las paredes de este antiguo museo antes de la inauguración oficial de la exposición.
Como es una cooperación entre catalanes y húngaros las obras que llegaron son documentos tanto de Cataluna como de Hungría, y para nuestra sopresa, también de Italia (ya veremos después qué pinta Italia allí).
Ya desde pequena me interesaban la cultura y el arte y mis padres nos llevaron sistemáticamente a los museos de mi ciudad, Debrecen. Ya me imaginaba que las obras debían llegar en enormes cajas y también intuía algo sobre la importancia de los guantes blancos, pero hasta esta presentación no lo tenía todo muy claro. Ahora me enteré de que todas las obras tenían un correo, es decir, una persona que tenía la responsabilidad de que los tesoros llegaran sin problemas a su destino, una tarea sumamente importante teniendo en cuenta el valor de ellos. Recorrimos a través de fotos todo el montaje, aprendimos que los libros necesitaban una temperatura más baja que las pinturas y que antes de colocar las joyas había de medir su peso, la cantidad de oro que contenían (un hecho muy importante a la hora de ser devuelta la pieza a su propietario, porque los duenos –sean personas individuales o museos– quieren recibirlos en su estado original).
La charla fue muy interesante y enriquecedora.
En el museo ya nos esperaba una chica joven que también había trabajado en el montaje de la exposición y seguía trabajando allí como guía.
Todavía no pisamos el suelo de la sala de la exposición, pero ya la atmósfera del antiguo edificio me inspiró, y pintó una sonrisa sobre mi cara.
Al entrar en la sala ya supe que no iba a desilusionarme.
El sistema de la presentación fue cronológico, empezando por las guerras aventurosas (las cuales tienen un nombre muy sugerente en húngaro, se llaman “kalandozások”) de los húngaros en el s. X, siguiendo con los primeros matrimonios y terminando con el último.
Los primeros húngaros llegaron hasta tierras catalanas en el año 942, cuando los cristianos de la Península Ibérica pidieron su ayuda para expulsar a los musulmanes (asunto que no tuvo éxito hasta 1492). El Papa Silvestre II jugó un papel muy importante en ambas historias, pasó su infancia y juventud en Cataluña estudiando en Vic y Ripoll, y luego mandó su corona a nuetro primer rey, San Esteban.
La primera princesa que unió las dos naciones fue Constanza de Aragón, que se casó con el rey Emerico. Con ella llegó su corte, barones, cortesanas, etc. y trajeron consigo la cultura catalana. La pobre esposa no pudo gozar mucho de la belleza del país, su marido murió joven y desde aquel entonces su suegro Andrés II hizo todo lo posible para amargar su vida. La reina, viuda se escapó con su hijo recién nacido a Viena, pero el nino murió a los 5 anos y este hecho selló el destino de Constanza. Regresó a su tierra natal y se quedó como servidora de la iglesia en el monasterio de Seixena hasta que volvió a casarse con Federico de Sicilia.
No tuvimos que esperar mucho hasta la segunda “corchete”. La prima de Constanza, hija de Andrés II, la joven Yolanda se casó con Jacobo I, rey de Aragón. La pusieron en un barco enorme junto con su corte y la mandaron a Cataluna (un documento muy interesante describe muy detalladamente en qué consistía su corte y cuánto tuvo que pagar Jacobo por el traslado).
La reina Yolanda vivió en honra, dió a luz a 10 hijos (tarea más importante de una reina, dar a luz a muchos herederos) y según la leyenda, cuando su marido, el rey estuvo luchando contra los musulmanes durante meses y meses llevó a toda su familia consigo, celebraron juntos las victorias cristianas y había veces que pidió su consejo en temas militares y estratégicos también.
La tumba de la reina está en España y fue renovada con la ayuda (económica) del gobierno húngaro. Casi la única tumba que actualmente se encuentra en buen estado.
La tercera y última princesa ya no tenía tanto que ver con Cataluna, lo único que la unió a los catalanes fue que perteneció a una familia real que poseía la corona catalana, pero que tenía su sede en Nápoles. Se trata de la princesa Beatrix, la esposa del rey Matías Corvino. Gracias a Beatrix, Hungría conoció la cultura renacentista y gracias al interés y el ánimo de Matías construyeron un entorno cultural desarollado que en su época era la segunda después de Italia. Los códices y tesoros expuestos demuestran la importancia de la corte húngara.
Recorriendo la historia vemos que hay unos puntos marcados que merece la pena conocer. La exposición rinde perfectamente homenaje a estas mujeres que en el fondo tenían un papel muy importante, desde allí dirigían la vida y los acontecimientos políticos de sus maridos y vemos de qué forma contribuyó su unión y matrimonio a la vida de ambos países. Aunque yo creo que en Espana la gente no necesariamente sabe que Yolanda era húngara y la importancia que tuvo en la historia de nuestro país, lo que sí que importa es su papel religioso, gracias a ella se conoce a Santa Isabel y se admiran sus hechos.
Pero ¿qué significó para mí esta exposición?
Junto a la presentación previa y una clase de historia excepcional del profesor Faluba conocí una parte de la historia espanola y húngara que antes no conocía. Pero no sólo me fascinó la posibilidad de aprender cosas nuevas sino la personalidad de estas mujeres que en su época sí que podían llevar a cabo cosas importantes, no les daba miedo crear algo nuevo y gracias a ellas nació la conexión entre dos culturas lejanas.
Recomiendo ver la exposición hasta que se pueda no sólo para los aficionados de la cultura espanola sino para todos que quieran pasar dos horas en el centro de la historia.